Son las 4:30 AM y antes de que suene la alarma ya estoy despierto, brandi no viene hoy y lo saco antes de coger el metro, esta despejado aunque no parece haber rociado mucho.
Repaso mentalmente los preparativos del día anterior, el empatado de anzuelos con calma, casi tratando de engañar al pez antes de tiempo, en la mochila lo justo y necesario, dos carretes, tres plomos, un jibión fresco pescado unos días antes con un conocido, esta todo.
Llego a Larrabasterra y no hay viento, subo la cuesta ligero y voy hacia la playa, esta sin rompiente como esperaba, es igual, estoy decidido a amanecer pescando solo por disfrutar del entorno.
Ya en la arena, camino hacia la zona elegida cuando empieza a soplar bastante viento, me agobia un poco porque aumenta la sensación de frío.
Lanzo las cañas y me retiro con la mochila unos metros atrás, en la arena preparo un montículo para que me sirva de asiento, lo pruebo y me lío un cigarro, justo lo estoy terminando cuando la caña de la dcha. canta una buena arrancada, según me incorporo le mete otra, esta es de la buenas, pienso mientras la adrenalina corre por mis venas, no hay duda, por lo que noto es un buen pepino, la acerco con la calma que se puede tener en esos momentos asta que llega al rebalaje, momento delicado, la mar no trabaja como para facilitarme las cosas y no quiero precipitarme, poco a poco la acerco hasta que la veo y aprovechando una ola amiga la pongo en seco.
Que precioso y noble animal, cojo la gameta y corro con ella hasta llegar a la mochila.
Enseguida amanece, subo la lubina y la limpio con delicadeza en la fuente, después las cañas, hay una especie de jardin al borde de la arena, una preciosa mañana de Otoño en la playa, un día para recordar.
